LOS IMPLANTES DENTALES
LOS IMPLANTES DENTALES

    Sustituyen los dientes naturales, cuando faltan.

    Son raíces artificiales de titanio que se anclan en el hueso de los maxilares.

    Sobre esas raíces de colocarán posteriormente los dientes protésicos.

    El implante colocado en una cavidad hecha a su exacta imagen se integra al hueso (se óseo integra). El tiempo de óseo integración tiene una duración de 1,5 a 6 meses. Por lo general, durante dicho tiempo no se ve afectada la ingestión de alimentos.

    La secuencia de tratamiento para la colocación de prótesis sobre implantes es la siguiente:

    - Colocación de la(s) raíz (ces) artificial(es) o implante(s).

    - Espera entre 1,5 y 6 meses con una prótesis provisional (tiempo de óseo integración)

    - Colocación de la prótesis definitiva: una vez integrado el cuerpo del implante en el hueso, la funda de porcelana se atornilla o se cementa fijamente a la cabeza del implante.

    El titanio es el material empleado hoy en día para elaborar los implantes, ya que desde hace décadas ha destacado de manera sobresaliente su compatibilidad con los tejidos humanos.

    Existe una gran variedad de formas y tamaños de implante, lo que permite resolver un extenso número de casos, presuponiendo que el hueso cumpla ciertos requisitos en calidad y cantidad.

    Tampoco hay límite de edad para colocar implantes.

    Con el tiempo, el hueso sin diente se va reabsorbiendo. Esta disminución de la masa ósea se estabiliza de manera efectiva mediante la carga mecánica y piezoeléctrica (fisiológica) de los implantes, los cuales en este tema, actúan como los dientes naturales.


    AMBITOS DE APLICACIÓN:

    * La mandíbula edéntula es la indicación implantaría más frecuente. La dentadura removible artificial se fija sobre 4 o más implantes que actúan como pilares de retención y de estabilización de dicha dentadura.

    En este caso nos quedamos en el sistema de prótesis removible pero aumentando notablemente la estabilidad, el confort y la eficacia de masticación.

    * Los grandes sectores sin dientes también se pueden rehabilitar con ayuda de los implantes. A lo mejor, si el hueso existe en calidad y cantidad idóneas, no hace falta tocar a los dientes naturales, y se podrá colocar un puente solo soportado por los implantes.

    Si los dientes que rodean el espacio vacío necesitan fundas o si el hueso no cumple todos los requisitos, el puente tendrá que apoyarse sobre los dos tipos de pilares: dientes naturales e implantes, aún que sea preferible no mezclar dientes e implantes por diferencia de inmovilidad (los dientes tienen un ligamento que permite cierta flexibilidad, los implantes no).

    * Personas quienes a causa de un accidente se ven afectadas por esa situación. Con un implante, se soluciona el problema, sin necesidad de tocar a los dientes que rodean el espacio vacío, si son sanos.

    Además la colocación de un implante al poco tiempo de la caída del diente detiene, la reabsorción del hueso. Dicha evolución ósea complicaría el tratamiento estético del caso.


    TECNICA IMPLANTATORIA :

    La colocación de una(s) raíz(ces) artificial(es) se realiza con anestesia local en la consulta dental misma.

    Aunque parezca una cirugía ortopédica, son suficientes las exigencias de asepsia del campo operatorio de un gabinete dental para tener toda seguridad.

    Hoy en día, la calidad y la precisión del material de implantación reduce a su mínimo el riesgo de fracaso técnico.

    Las estadísticas generalmente admitidas dan 94 a 98% de éxitos, dentro de los casos razonables.

    En cierto casos de personas desdentadas totalmente o parcialmente desde hace muchos años, existe una gran pérdida de hueso que hace imposible la colocación de implantes por cuestiones estéticas o mecánicas. En estos casos se puede crear más hueso mediante técnicas de regeneración ósea, lo que nos permite ampliar el campo de las indicaciones razonables de implantación.

    En realidad, la llave del éxito está en la palabra “razonable”. La colocación de un implante tiene éxito si se reúnen buenas condiciones:

    * Del estado general del paciente (ausencia de ciertas enfermedades),

    * Del estado de funcionamiento de sus articulaciones,

    * De la cantidad y la calidad del hueso,

    * De su buena higiene bucal, si es fumador empedernido,

    * De la posibilidad de conseguir una estética compatible con los deseos del paciente.


    Por lo general, los fracasos surgen después de una mala indicación, insuficiente o arriesgada.

    Por eso el estudio pre- implantatorio es una etapa indispensable del tratamiento: Él solo permite conocer antes de empezar, el resultado final del tratamiento, incluido en su aspecto estético, elaborado con la cooperación del paciente (y posiblemente la más importante para él).

    Hoy en día, la implantología alarga considerablemente las posibilidades de tratamiento de bocas parcialmente o totalmente desdentadas.

    Los desengaños que esa técnica ha podido producir son generalmente debidos a indicaciones arriesgadas: es decir que un implante es un medio, y no una finalidad en sí, que debe integrarse en un plan de tratamiento global, respetando todos los demás factores (estado general, local, higiene, biomecánica de la boca y de las articulaciones mandibulares, estética, etc...)

    Dentro de este cuadro, podemos entonces hablar de revolución en Odontología.